FAJARDO RODRÍGUEZ, ÓSCAR
Buscamos el diálogo como forma de aproximarnos al otro, de conocerlo y empatizar con él, olvidando que tenemos un diálogo pendiente con nosotros mismos. Vivimos con la mirada puesta en aquello que se ubica fuera de nosotros, dejando muchas veces que lo que nos viene de fuera se imponga y acabemos por hacer lo que todo el mundo hace. Así, nuestra voz interior, aquella que reivindica ser uno mismo, ser diferente, se enmudece. Esa dialéctica entre el «ser uno mismo» del interior y el «ser como los demás quieren que sea» del exterior crea una distancia invisible que provoca una constante infelicidad e insatisfacción. Para combatirlas, para hacer coincidir en uno mismo ambos seres, es necesario retomar el diálogo interior y tomar consciencia de la propia distancia, sin caer en el olvido de nosotros mismos ni dejar de acudir al exterior donde se despliega nuestra existencia. A este equilibrio es a lo que nos invita el autor con este libro.