JESÚS MANUEL FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ
"Era el atardecer del siglo y en la localidad sevillana de Carmona corrió la voz de que la tierra escondía tesoros de valor incalculable. Aquel día cualquiera de octubre, un vecino aficionado quiso adelantarse a la autoridad y, encabezando una pequeña partida, se adentró en las montañas y excavó unos túmulos: en su interior aparecieron numerosos cadáveres en posiciones forzadas, rodeados y cubiertos de piedras dispuestas en zonas concretas. Acaso él lo desconocía, pero acababa de reabrir a nuestros ojos un caso clave de posible asesinato sin resolver. La arqueología académica se ha empeñado en ofrecer, de forma tácita y acrítica, una visión amable, culta, de pacífica armonía, sobre las sociedades tartesias. Conformándose con la descripción y el registro de prácticas funerarias inusuales, ha desdeñado investigar las identidades sociales de los individuos hallados y las causas de tales enterramientos, privándonos con ello de obtener una imagen más certera y real (seguramente más violenta y desconcertante) de esta fascinante civilización al margen de los clichés culturales acostumbrados. Hoy, disciplin