BURNS, CHARLES
Tras las obras maestras Agujero negro y Vista final, llega el cierre de la trilogía Laberintos, la obra más personal de Charles Burns. «Burns está en una plenitud gloriosa».
Rockdelux Para Brian Milner y Laurie Dunn se acerca el aplauso final. Rodeados de sus amigos, los dos protagonistas se reencuentran por última vez cerca del lago para rodar las últimas escenas de su película amateur. Por la noche, alrededor de la fogata en la que se asan los pescados capturados durante el día, es la hora de la fiesta y se dan todas las condiciones para un final feliz. Sin embargo, la historia no parece seguir el guion previsto...Entrelazando sutilmente el cine y la vida real, Laberintos es una serie entre el inconsciente y su representación. Burns juega y mezcla un sinfín de géneros para sumergirnos en una historia que nos lleva donde menos lo esperamos y oscila constantemente entre la ciencia ficción, el romance y el cine de terror.La crítica ha dicho:
«Jugando con la confusión de géneros, Burns nos sumerge en una historia que oscila constantemente entre la ciencia ficción, el romance y la fantasía para sacarnos de los caminos trillados. En este último volumen nos ofrece un final sublime que, como en toda gran película, deja profundas reminiscencias mucho después de los créditos».
Cornélius«Laberintos es una serie que construye su narración en torno a la relación entre el inconsciente y su representación. Este tema lo expresa aquí Charles Burns a través de increíbles secuencias donde los sueños se convierten en fuente de inspiración para la ficción, pero también en un escape de la realidad».
Biblioteca nacional de Francia «Un argumento sencillo que en manos menos capaces tendría como resultado una obra del montón, pero que con Burns al frente se convierte en una historia de atmosfera siniestra e inquietante en la que podemos ver algunas de las obsesiones y referentes del autor como la ciencia-ficción, el terror, las relaciones insanas y las dificultades que atravesamos en la adolescencia cuando todos los elementos externos parecen cambiarnos».
Diego García Rouco, Zona negativa