MURILLO CARRASCOSA, NOELIA
El arranque de la década de los setenta trajo consigo el nacimiento del glam, una sorprendente e inimitable variante del rock que se materializó en tres elementos esenciales: la vestimenta, el uso del maquillaje para favorecer la androginia (al menos en sus inicios) y la teatralidad. También fue considerado un movimiento social, ya que incorporó en el discurso de la industria temáticas relacionadas con la ambigüedad sexual y los géneros fluidos. Esta es la historia de una época que, aunque efímera, permitió a los artistas crear pro puestas muy singulares. La gran mayoría lo hicieron con absoluta libertad creativa, a través de personajes y estilismos únicos, aunque también fueron cuestionados por quienes querían mantener el virtuosismo y la formalidad técnica característica de la psicodelia y la contracultura.