LARRAÑAGA ORBEGOZO, IGNACIO
Un salmo rezado por un corazón vacío no «dice nada», por muchas añadiduras y condimentos que se le agreguen. Un salmo resonando en un corazón henchido de Dios queda cuajado de su presencia, y cuanto más repleto esté de amistad divina, más se llenarán de Dios cada una de sus palabras. «Salmos para la vida» nos ayuda a orar con los salmos, sus comentarios nos sumergen en su interior para salir después con las manos llenas y nos estimulan a encontrar de nuevo en ellos espíritu y vida.