Pitol, Sergio
A partir de la publicación en 1996 de El arte de la fuga, la obra ensayística de Sergio Pitol se transformó en una galería de imágenes que, a la manera de los grandes vitrales góticos, revela en la suma de sus fragmentos el relato de una vocación, el paciente acopio de fronteras que afianzan un estilo. Inventario de intuiciones y reminiscencias, de manías y fobias, este libro es el testimonio de una vida repartida y narrada desde la literatura, los rasgos que configuran el itinerario de un lector. Pitol ha ubicado su trabajo al amparo de una idea en la que los elementos menos visibles de la memoria y la imaginación trabajan juntos para alcanzar estructuras orgánicas, implacables. Aquí la semblanza biográfica, la nota de lectura y la conferencia se mezclan, con una facilidad de vértigo, con el escrutinio de las propias agitaciones que se encuentran en la médula de toda escritura, para de ahí saltar a la reflexión política, al comentario de una obra plástica o al problema de la identidad en América Latina. Escritos a lo largo de las dos últimas décadas, los ensayos que reúne este volumen constituyen las bifurcaciones de una vasta genealogía de afinidades. A los de Cervantes, Dickens, Galdós, Virginia Woolf y Chéjov, nombres recurrentes que pueblan la biblioteca esencial de Pitol, se suman ahora los de Carlos Fuentes, Fernández de Lizardi, Monterroso, Pacheco, Aira y Bellatin, como también el cine, la narrativa polaca, los proyectos editoriales de Tusquets y Anagrama, la pintura de Juan Soriano, Rufino Tamayo y Vicente Rojo, la cerámica de Gustavo Pérez, la literatura policial, distintos rostros con que se revela y esconde el tercer personaje que habita en estas páginas del último libro, hasta la fecha, de Sergio Pitol. «Pitol es un virtuoso del lenguaje y hay algo profundamente lujoso en su sintaxis, en su léxico, en sus biografías y cuando escribe ensayos; al revés de muchos autores que se ponen académicos, en Pitol se da una anomalía admirable: los ensayos son más coloquiales que los relatos» (Andrés Neuman). «En su obra se mezclan el libro de viajes, las memorias, los personajes, el ensayo más literario, y cumple el propósito que buscamos nosotros los lectores fanáticos y furibundos, y es que permite la conversación literaria. Sus libros propician el diálogo literario y abren puertas en lugar de clausurarlas» (Juan Gabriel Vázquez).