FERRERAS, JACQUELINE
Este estudio recalca la novedad asombrosa de la abundante prosa dialogística en los tiempos de Carlos V y Felipe II. Aprovechando las nuevas posibilidades que les depara la imprenta, los numerosos autores de Diálogos ilustran el formidable cambio de sociedad que les ha tocado vivir: no escriben ninguna ficción sino que recrean conversaciones ciudadanas sobre temas de actualidad y de interés para los contemporáneos a los que quieren informar y «educar». Estos autores no predican sino que se limitan a dar cuenta de conversaciones presenciadas unas; otras, ficticias pero verosímiles.
Las reediciones y/o traducciones a las lenguas vecinas de muchos Diálogos dan cuenta de su éxito que ilustra el triunfo de la Modernidad en la península. Los Interlocutores de estos Diálogos «hablan desde abajo y bien abajo» como recalcará a fines de siglo uno de ellos, El Pinciano, que vino de visita en busca de noticias que transmitir a un amigo suyo alejado de Madrid. Aprovechando la moda italiana del género, estos humanistas escriben para todos y sus Interlocutores tratan de las cosas que les interesa en la vida diaria en la ciudad: los personajes, históricos algunos, tratan así de una gran variedad de temas pero no actúan. El estudio de la forma escrita de su decir en un conjunto de Diálogos deja ver las características propias del género en castellano y recalca su originalidad, a la par que las numerosas citas «recrean» el ambiente animado propiamente renacentista de la vida española cotidiana. Cervantes atesta el éxito de este género en su finísimo prólogo al Quijote.