Los hombres fieles a un señor suelen cumplir lo que se les pide sin queja y sin demora. Los que no tienen señor solamente se obedecen a sí mismos, aunque ello les lleve a lugares llenos de angustia, soledad y peligros.
Artículos relacionados
Otros libros del autor
Vista previa: LA IRA DEL GOBERNADOR EL SEÃOR DE LA MONTAÃA 2
Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceros, para mejorar su experiencia de navegación. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Más información