GARCÍA ESPÍN, PATRICIA
Este libro aborda la articulación de la participación política con otras esferas de la vida cotidiana como el trabajo, las obligaciones familiares o el ocio personal. La participación comunitaria se presenta aquí como «un fenómeno articulado», un campo de actividad estrechamente vinculado a las formas de producir, gestionar el hogar o divertirse. A través del caso de los concejos abiertos una institución tradicional de asamblearismo comunitario se examina cómo sus participantes concilian esos quehaceres con su implicación participativa. Se trata de un estudio etnográfico basado en una veintena de observaciones en asambleas, festejos y encuentros informales, así como entrevistas con 55 informantes. Podemos destacar tres hallazgos. Primero, que la desigualdad de clase condiciona el involucramiento y genera una ventaja comparativa para quienes realizan profesiones con altas credenciales educativas, flexibilidad y autonomía en el empleo; no obstante, también observamos mecanismos de contraprofesionalización que facilitan el acceso a otros grupos como quienes desempeñan trabajos manuales o las cuidadoras del hogar. Segundo, reconstruimos cómo las cargas familiares dificultan la implicación intensa, generando experiencias participativas angustiosas y estresadas; pese a ello, también hay mecanismos formales e informales para la conciliación familiar. Tercero, la participación se combina con el ocio, el recreo y la sociabilidad. Participar genera vínculos y ocasiones para el entretenimiento,un efecto motivacional valioso para unos habitantes rurales que se perciben crecientemente solitarios. La participación, en suma, no es un hecho aislado, sino que adquiere sentido en el marco de las relaciones económicas, familiares y de sociabilidad cotidianas.